¿Le han propuesto impartir actividades extraescolares y tras el primer día se siente plenamente identificado con Arnold Schwarzenegger en la película "Poli de guardería"?
¿Piensa seriamente en abandonar cualquier proyecto de maternidad o paternidad después de esta experiencia?
Si para muchas personas el entretener o enseñar una actividad a un solo niño ya supone un reto considerable, el hecho de tener a su cargo durante un tiempo a todo un grupo de pequeños/as puede convertirse en la peor de sus pesadillas.
Si usted se encuentra en esta situación y piensa en tirar la toalla, antes de ello le aconsejamos que repase nuestro pequeño artículo, en el cual le indicamos varios tips que le ayudará en su difícil pero loable tarea.
Las ideas aquí propuestas se orientan básicamente a como dirigir una clase y sobretodo a destacar los beneficios de un buen trabajo de preparación previa.
1. Prepare la clase
Antes de iniciar cualquier actividad hay que estar completamente seguro de que tanto el espacio como los materiales donde se desarrollará la clase se encuentran en perfecto estado.
No se engañe, si una silla está apunto de romperse finalmente se romperá en el peor momento, es decir, en aquel en que sus alumnos necesitan más concentración. Y no solamente usted perderá tiempo yendo a cambiar esa silla por otra, sino que además hará perder la concentración y atención a sus alumnos con un imprevisto que se podía haber evitado.
Antes de iniciar la clase dedique unos pocos minutos a revisar que todo se encuentre ordenado, listo para ser usado y sobretodo en correctas condiciones. De esta forma minimizará las posibilidades de un imprevisto.
2. Planificar reglas y procedimientos
Antes de empezar el curso es importante decidir cuales conductas serán aceptables en la clase y cuales no. A su vez también se deberá reflexionar sobre los procedimientos que deberán seguir los estudiantes a la hora de participar en las actividades de la clase.
La fijación de líneas rojas que no deben sobrepasarse le simplificarán a usted el trabajo y crearán en los pequeños un concepto claro sobre lo que se les permite y lo que no.
3. Planificar las consecuencias
Es de suma importancia un trabajo previo planificando las consecuencias que se derivarán de las conductas aceptables o inaceptables.
Estas normas deberá usted comunicarlas a sus alumnos, aunque debe tener en cuenta que es preciso cumplir (y hacer cumplir) estas reglas de forma escrupulosa
4. Seleccionar las actividades al inicio del curso
Plantee ya desde un buen inicio las actividades que se desarrollarán durante el curso y comuníqueselas a los alumnos. Esto permitirá que desde el principio los pequeños/as se impliquen en ellas.
5. Plantee estrategias para afrontar posibles problemas
Conceptualmente similar al primer consejo sobre la preparación de la clase, en esta ocasión usted deberá centrar la atención en aquellos puntos que puedan provocar interrupciones en el trabajo de los alumnos o malas costumbres en los estudiantes.
Por ejemplo indique la necesidad de cerrar los teléfonos móviles para evitar posibles distracciones no solo de un alumno sino de toda la clase entera.
6. Dirija atentamente el comportamiento de los alumnos
Vigile especialmente aquellos alumnos que no siguen las reglas propuestas o que presentan comportamientos no cooperativos.
Es importante que corrija con celeridad estos comportamientos negativos, pues existe el riesgo que rápidamente se contagien al resto de los alumnos. No espere abordarlos en otro momento ni tampoco considere la posibilidad de que desaparezcan por si solos.
7. Promueva la responsabilidad entre sus alumnos
Desarrolle procedimientos dirigidos a que los alumnos se responsabilicen de su propio trabajo.
8. De instrucciones claras
En todo momento debe expresar sus instrucciones con total claridad. No de vueltas a un asunto sino que debe concentrarse en ir "al grano". Los adultos estamos acostumbrados a interpretar ciertas palabras o conceptos pero esto es más difícil en los pequeños.
Es posible que expresiones que a usted le resulten muy familiares les sean totalmente desconocidas a los pequeños. Elija siempre palabras que ellos puedan comprender y asimilar con facilidad.
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